miércoles, 27 de enero de 2010

GRAN PACTO POR LA ESTABILIDAD ECONÓMICA, LABORAL Y PREJUBILACIÓN DE L@S ENSEÑANTES (MAESTRAS Y MAESTROS, PROFESORAS Y PROFESORES), EN CANARIAS.

“PACTO DIRIGIDO A LOS ENSEÑANTES, A LAS MADRES Y PADRES, AL ALUMNADO, A LAS ORGANIZACIONES SINDICALES, A LAS ORGANIZACIONES DE MADRES Y PADRES, A LAS ORGANIZACIONES DE ALUMNAS Y ALUMNOS, A LA ADMINISTRACIÓN Y A LA SOCIEDAD CANARIA”.


La Escuela Pública Canaria y la Sociedad Canaria, en su conjunto, requieren y les es necesario, que definitivamente, se estabilice y se dinamice, la “ENSEÑANZA EN CANARIAS”, por el bien de nuestra Sociedad, con una ciudadanía, más culta, más crítica, más dinamizadora, más laica, más creativa, más positiva, más empática, más emocional y más participativa.


Ante este planteamiento, propongo:


1.- Un Pacto Económico con los enseñantes, los cuáles deben cobrar mucho más, por justicia laboral y por el trabajo que desarrollan. Pero, aún y así, hacemos un llamamiento a todas y todos los enseñantes en activo, a que acepten, en este caso, y sin que sirva de precedente; “La Propuesta que se llevó a Referendum”. Hoy, muchas maestras-maestros y profesoras-profesores, que anhelan, lo que piensan que han perdido. Pués, NO SE HA PERDIDO NADA, éste debería ser el acuerdo económico de mínimos posibles, a aceptar en estos momentos. Los docentes deben cobrar mucho más, como referencié anteriormente; pero, también, deben implicarse más en el proceso de formación y educativo de sus alumn@s, en la relación con las madres y padres, -“incluso por acercamiento”-. Las maestras-maestros y las profesoras-profesores, conviven durante un año en las aulas, y a veces, est@s y sus alumn@s, son extraños, entre sí.

Hago mías, con matices y añadidos, las ideas del psiquiatra brasileño Augusto Curry.

“El sistema educativo actual, se encuentra volcado en depositar cantidades ingentes de información, perpetua personas enfermas, para una sociedad, que se ha convertido un gran hospital psiquiátrico. La solución no radica en la promulgación de más leyes, sino, entre otras fórmulas, en prestigiar la figura del enseñante, estrechando relaciones con madres y padres y alumnado, y de éstos entre sí.

L@s enseñantes en todo el mundo, no sólo en España y Canarias, están perdiendo la autoridad, pero esto no se puede achacar a l@s niñ@s o adolescentes. Est@s padecen un nuevo síndrome; “Síndrome del Pensamiento Acelerado”. Se han convertido en consumidores de productos y servicios, y no, de ideas y sensibilidad. Ese exceso de información, conduce al desarrollo de ansiedad, irritabilidad…, y a la falta de respeto a las reglas. Es necesaria, la cultura del esfuerzo, del respeto, del trabajo, de la responsabilidad, del interés por aprender, del interés por descubrir y alimentar sus ilusiones y sueños, del saber estar, de la actitud correcta, de no ser insultantes, de valorar las reflexiones que les aportan…

Debemos tener en cuenta, también, que en la escuela la situación es peor, en alguna medida. Enseñantes y Alumnado conviven durante años en las aulas, pero son extraños entre sí. Se esconden detrás de los libros, de los cuadernos, de los ordenadores… ¿La responsabilidad es de l@s ilustres enseñantes? ¡¡NO!!. La responsabilidad, es del nocivo sistema educacional que arrastramos desde hace siglos.

Hay que cambiar la Escuela completamente, con una educación más humanizada.

Los enseñantes, claro que deberían cobrar hasta el doble y trabajar la mitad. Los enseñantes deberían ser tratados con dignidad, tener más libertad no para controlar, sino para estimular el arte de pensar, para provocar la inteligencia, para que l@s jóvenes dejen de ser las víctimas de la historia, y pasar a ser l@s protagonistas.

Debemos formar a personas activas, no a ciudadan@s pasiv@s.

L@s buen@s enseñantes preparan a l@s alumn@s para el éxito, l@s enseñantes brillantes preparan a l@s alumn@s para los días más difíciles, para transformar lo negativo en energía creativa.

L@s enseñantes son, a mi juicio, las personas más importantes de una sociedad, pero estan dentro de un sistema educativo enfermo. Ést@s, a veces, sin quererlo, producen personas enfermas, para una sociedad enferma. Se les prepara sólo para el éxito y no para lidiar con las decepciones, sufrimientos, apatías, angustias, frustraciones, desánimos… Debemos usar todas estas circunstancias y más, para construir la Sabiduría, que conlleva, prepararl@s, no sólo, en el Pensamiento Cognitivo, sino también, y sobre todo, en la Inteligencia Emocional, Pensamiento Crítico, Solidario, Positivo, Creativo, Humanista, Reactivo. Proactivo, con una Actitud Dialéctica ante la Vida. La clave es potenciar las herramientas del Penamiento.

L@s enseñantes, deberían conocer la realidad familiar, -“por acercamiento”-, de su alumnado, independientemente de la responsabilidad que conllevan sus madres y padres, que deben implicarse en el proceso educativo de sus hij@s. Por desgracia, y hay que tenerlo en cuenta, hay madres y padres, que no preparan sus hij@s, para que entiendan el “teatro de la Vida”. L@s buen@s madres y padres dan a sus hij@s regalos, las madres y padres brillantes dan a sus hij@s su historia personal.

Madres, Padres y Enseñantes, deberían acompañar a l@s niñ@s y adolescentes, a mostrarles la vida de las personas menos favorecidas: desemplead@s, ancian@s, personas enfermas…

NUNCA SE HA INVERTIDO TANTO EN EDUCACIÓN, y sin embargo, LOS RESULTADOS ESTÁN LEJOS DE SER LOS DESEADOS.


2.- Pacto por la Estabilidad de l@s Enseñantes, no funcionarios y parados.

a) L@s actuales, mal llamados, Interin@s y Sustitut@s, deben pasar definitivamente a pertenecer al “sistema educativo”, con una estabilidad inestable, igual para tod@s; sin distinción de colectivos. L@s de Primaria y Secundaria, trabajarán, por año completo o no según, las necesidades. Pero tod@s, pertenecerán y serán, una única realidad laboral y contractual. Sólo los diferenciará el período de trabajo realizado. Ést@s, como hasta ahora y por ley, podrán seguir optando a funcionarizarse, por medio de las convocatorias de Oferta de Empleo Público, para Enseñantes.

b) No volverá a entrar, nadie más, de las listas del paro, a partir, del curso 2010-2011.

c) A partir, del curso 2010-2011, la entrada de personas nuevas serán de lo excedentes aprobados en la convocatoria de Oferta Pública-Oposiciones.

d) La Consejería de Educación, negociará con los sindicatos y en el ámbito de la Mesa de Educación de las Comunidades Autónomas con el Ministerio, la modificación de la ley, en referencia a, que se admitan en las convocatorias de oposiciones para enseñantes, la figura “del aprobado sin plaza”, los cuales, serán; hasta que consigan plaza, l@s que pasarán a cubrir las necesidades del sistema educativo, cubriendo las plazas y perteneciendo al colectivo, al final, ya que no han obtenido plaza, que mencioné en el apartado a.


3.- Pacto por la Prejubilación, este pacto, conlleva, un gran acuerdo del Gobierno Canario, con una negociación previa con los sindicatos, y posteriormente, entre la Consejería de la Presidencia, Consejería de Educación y la EVI, en Canarias y a nivel de Estado.

Esto significa, que independientemente, de todas las personas, que pudiesen surgir, a partir del curso 2010-2011, y les corresponda en justicia y legalidad prejubilarse, -sin tocar para nada la jubilación LOGSE, que debería ampliarse totalmente en el tiempo y con la consideración, de incluir, para acogerse a la misma realidad jurídica, el haber cumplido 30 años de servicio-, se prejubilarían a tod@s l@s enseñantes, que hasta el final del curso 2009-2010, hayan solicitado la prejubilación, por encontrarse en baja continuada, mes tras mes; año tras año.

Necesitamos, al igual que en el apartado anterior, aclarar definitivamente la situación. NO PUEDEN SEGUIR, NI L@S ENFERM@S, -SIN UNA SITUACIÓN CLARA, ESTABLE Y DEFINITIVA-, NI LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN, CON DOS SUELDOS PARA UN MISMO PUESTO DE TRABAJO. ESE MONTANTE DE DINERO, DEBE PASAR A AUMENTAR LAS OFERTAS DE EMPLEO PÚBLICO, DE FORMA PAULATINA, APROVECHANDO PARA AMPLIAR LA DOTACIÓN DE ENSEÑANTES EN LOS CENTOS PÚBLICOS, CON UNA RENEGOCIACIÓN DEL Nº POR CENTRO, SEGÚN LA SINGULARIDAD DE LOS MISMOS.


Carlos Betha, afiliado jubilado del STEC-Intersindical Canaria, Confederación STEs, Confederación Intersindical, sindicalista activo durante muchos años y conocedor de la realidad educativa, negociador del primer Pacto de Estabilidad y otros en nombre del STEC; así como, excoordinador de Información Educativa de la Consejería de Educación.

** Gabilondo presentará a las CCAA un centenar de medidas con cambios normativos

27/01/2010 | Agencia EFE

Madrid.- El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, presentará hoy a los consejeros autonómicos un centenar de medidas concretas de acción para la mejora de la enseñanza, algunas de las cuales implican un cambio normativo.

Madrid.- El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, presentará hoy a los consejeros autonómicos un centenar de medidas concretas de acción para la mejora de la enseñanza, algunas de las cuales implican un cambio normativo.

En declaraciones a la prensa, Gabilondo ha señalado que el documento no es cerrado ni definitivo, sino que intenta aproximar a todos en lo que es común, así que incluye propuestas educativas de los que han aportado sugerencias.

"Si uno tiene voluntad de acuerdo, lo que hace es atender aquellos aspectos que no son confrontación directa con las posiciones ideológicas, sino que son propuestas educativas (...) Un pacto no es la oposición de programas electorales, sino el encuentro de aquello que es común", ha señalado antes de clausurar un seminario europeo sobre educación.

Gabilondo, que no ha adelantado el contenido del texto, ha insistido en que no se trata de empezar de nuevo una ley de educación, pero se ha mostrado dispuesto a algún "cambio normativo" si se deduce necesario como consecuencia del pacto.

Ha añadido que las conversaciones para lograr el pacto proseguirán en febrero con las fuerzas políticas y los agentes de la comunidad escolar.

Hace un mes, la Conferencia Sectorial de Educación acordó que las CCAA enviaran al Ministerio propuestas con vistas a la consecución de un pacto educativo.

El PP y las comunidades que gobierna remitieron al Ministerio una propuesta común y única encabezada por principios básicos que, según consideran, debe incluir cualquier pacto para que tenga su apoyo.

Son cuestiones sobre la libertad de enseñanza y la formación que los padres quieren para los hijos, la garantía de la educación en castellano en toda España, un currículum básico común en asignaturas como Historia, Geografía y Lengua y Literatura que vertebre el sistema educativo, el carácter nacional de los cuerpos docentes o las evaluaciones externas que detecten los centros con dificultades.

Un consenso en los contenidos de Educación para la Ciudadanía (EpC) también ayudaría a un entendimiento amplio con el Gobierno, ya que acuerdos limitados a puntos aislados de mejora educativa no podrían considerarse un pacto, según el PP.

Los populares también entienden que el pacto debe reconocer que el modelo educativo instaurado con la LOGSE (1990) ha fracasado y hay que rediseñarlo.

Entre otros planteamientos del PP, la mejora de la calidad educativa pasa por una reforma legislativa que ampare una reestructuración de la Secundaria para que el último año de la actual ESO sea de Bachillerato (que tendría tres cursos), Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) o FP, según las características de cada alumno.

Como planteamiento general, el Ministerio de Educación se ha mostrado dispuesto a analizar la estructura y duración del Bachillerato (que ahora es de dos cursos) y su relación con la educación obligatoria.

lunes, 25 de enero de 2010

LLEVO LOS OJOS CARGADOS DE VERDADES, María Teresa de León

** Llevo los ojos cargados de verdades.


"De muchas cosas he de hablaros. Quiero decirlas a tapadas en estas hojas que nadie leerá. He salvado apenas unas cenizas alegres, vivido una lección. Estoy en ese punto doloroso que es como un gemido que avergüenza y que mis maestros de moral llamaban arrepentimiento. Llevo los ojos cargados de verdades, que no me pertenecen. No sé cómo hacerlas salir. Soy un navío atracado a la soledad de un puerto y sufro porque quisiera encontrarme con el marinero borracho que conoce las mejores tabernas y acompañarle muelle abajo, en silencio, pensando en las alegres cosas que se fueron."

De "Juego limpio".


Maria Teresa León, nace el 31 de Octubre de 1.903 en Logroño y muere en Madrid el 13 de Diciembre de 1.988. Hija de don Angel León, Coronel del Ejercito y de doña Oliva Goyri. Su infancia y adolescencia transcurren en Madrid, Barcelona y Burgos. Sobrina de Ramón Menéndez Pidal y María Goyri, la primera mujer en España que obtuvo un doctorado en Filosofía y Letras e impartió clases en la universidad española. María Teresa León estudió en la Institución Libre de Enseñanza y se licenció en Filosofía y Letras.

En 1920, con diecisiete años se casa con Gonzalo de Sebastián y tienen dos hijos Gonzalo y Enrique. En sus años jóvenes publica artículos en el "Diario de Burgos" bajo el seudónimo de la heroína de D'annunzio, Isabel Inghirami, y posteriormente con su propio nombre. Destacando ya por su defensa de la mujer y de la cultura.

En esta etapa de su vida, realiza su primera visita a Argentina en1928 y sigue con su labor intelectual, asistiendo a conferencias y publicando algunos artículos donde se hace eco de su personal opinión
de la dictadura española. En 1.929 publica sus primeras dos novelas, Cuentos para soñar y La bella del mal amor. La ruptura matrimonial la devuelve a Madrid, donde empieza a gozar de un cierto prestigio como escritora.

Ya en Madrid, conocerá por esos años al que sería su compañero, Rafael Alberti. Dice el poeta en su "Arboleda Perdida": "Surgió ante mí, rubia, hermosa, sólida y levantada, como la ola que un mar imprevista me arrojara de un golpe contra el pecho". Desde ese momento continuarán juntos su trayectoria vital.

En 1932 se casan por lo civil y su unión con Rafael Alberti, marca una nueva etapa de cuarenta años donde ambos escritores comparten proyectos culturales y literarios comunes. Una de las primeras colaboraciones de Alberti para María Teresa León son las ilustraciones para su colección de cuentos Rosa Fría, su tercer libro. La Junta para la Ampliación de Estudios pensiona a María Teresa León para estudiar el movimiento teatral europeo. Comienzan a viajar por Berlín, la Unión Soviética, Dinamarca, Noruega, Bélgica y Holanda. Estos viajes son motivo además para contactar con los llamados escritores revolucionarios. El primer viaje a la Unión Soviética como tema de sus escritos, fue posteriormente ampliado con una docena de artículos, publicados en El Heraldo de Madrid en 1933.

En 1.933 ella y Rafael Alberti fundan la revista "Octubre" que será plataforma de escritores y personas de la cultura en defensa de la cultura.

En 1934 vuelven a la Unión Soviética para asistir al Primer Congreso de Escritores Soviéticos, donde conocerá a M. Gorki, A. Malraux, Piscator y otros. Tras el estallido de la Revolución de Asturias se van a los Estados Unidos, para recaudar fondos para los obreros damnificados.
Vuelta a su país, al poco se producirá la sublevación del 18 de Julio de 1.936 y tras una peripecia que le lleva de Ibiza a Madrid. Fue secretaria de la Alianza de Escritores Antifascistas, y fundó la revista El Mono Azul. Estas experiencias aparecen recogidas en dos de sus novelas, Contra viento y marea y Juego limpio, así como en varios de sus cuentos.

Colabora en la confección del "Romancero de la Guerra Civil" dedicado a García Lorca, uno de los más bellos y heroicos compendios de poesía anónima de nuestra cultura contemporánea.
Participó en la Junta de Defensa y Protección del Tesoro Artístico Nacional, desarrollando una intensa actividad de agitación cultural y literaria en los frentes de batalla, de salvación del patrimonio nacional, cuyos ejemplos más sobresalientes son los del tesoro sacro de Toledo y el traslado de los fondos pictóricos del Museo del Prado a Valencia, junto con los artistas Timoteo Pérez Rubio, Josep Renau, Jaime Ferrán y el mismo Alberti. Igualmente participa en el II Congreso de Escritores Revolucionarios en 1937 celebrado en Madrid y Valencia.

El trabajo al que, sin duda, María Teresa León dedicó la mayor parte de sus esfuerzos durante la guerra civil fue su actividad teatral. Como Subdirectora del Consejo Central del Teatro y siendo responsable de "El Teatro de Arte y Propaganda" y posteriormente de "Las Guerrillas del Teatro" en el Ejército del Centro puso en marcha diversas empresas teatrales, ya como dramaturga, ya como directora de escena e incluso con colaboraciones esporádicas como actriz: co-directora de Los títeres de Cachiporra de García Lorca y La cacatúa verde de de Arthur Schnitzler; directora de La tragedia optimista del autor ruso Vsevolod Vichnievski y el mayor éxito de esta época de guerra civil, la dirección y participación como actriz en la versión de Numancia , de la que se encargó el propio Alberti. Igualmente dirigió y participó en una obra de Alberti Cantata de los héroes y la fraternidad de los pueblos. Otras de sus aportaciones al mundo del teatro es la fundación de "El Cine, Teatro, Club de la Alianza de los Intelectuales Antifascistas".

Tras la derrota republicana se exilian a: Oran, Francia, Argentina, Italia. En París viven hasta finales de 1940, trabajando como traductores de la radio francesa Paris-Mondial y como locutores para las emisiones de América Latina. Viven durante 23 en Argentina donde da a luz a Aitana. Son años de intensa producción literaria, con una activa participación en entrevistas para la radio, composición de nuevas novelas, como Juego Limpio y redacción de guiones para el cine.

La llegada de Perón al poder en el gobierno argentino comenzó a dificultar la vida de los exiliados españoles. El matrimonio Alberti iniciaba de esta manera, sus nuevos viajes a Europa y un primer viaje a China, tras el cual escribe en 1958 junto a Rafael Alberti, "Sonríe China". El regreso definitivo a Europa en 1963 marcó cartoce años de exilio con residencia en Roma. Son estos años en los que María Teresa León perfila el final de Memoria de la melancolía, obra finalizada en 1968, es un sugerente y emocionante relato de los años más activos del siglo XX, los de las décadas de los 20 y los 30, donde María Teresa León, jugó un papel protagonista.



El 27 de abril de 1977 vuelven a España, tras 38 años de exilio, pero María Teresa, arrastra ya una enfermedad hereditaria que le provoca la pérdida completa de memoria. Desde entonces permanece ingresada en un sanatorio de la sierra madrileña, sin memoria ni recuerdos y así fallece el 13 de diciembre de 1988.

miércoles, 20 de enero de 2010

QUIÉN VA A EUROVISIÓN

** APOYAR A TITA

Acaban de abrir el periodo de votaciones para votar la canción que va a ir a eurovision y necesito que me echéis un graaaaan cable!!!. Parece mentira que a día de hoy el numero uno esté la señorita Carmele Merchante, alguien que por el mero hecho de estar en televisión, la gente vota como gracia y la verdad... que para la gente que se lo curra no tiene ninguna.

A lo que voy... mi madre ha hecho una canción... se que no va a llegar a eurovision, pero está muyyyy ilusionada y hombre... el echo solo de ser votada yo se que le va a alegrar bastante y le va a ayudar a seguir haciendo canciones. Posiblemente no sea la mejor canción, no será la mejor voz, no será ni mucho menos el mejor cuerpo... pero tiene mucho arte!!! y no lo digo porque sea mi madre... todo el mundo que la conoce lo sabe y desde aquí os invito a que la conozcáis también.

El sistema de este año es bien simple... podéis votar a la persona que queráis, un máximo de 5 veces al día... por eso os pido que hagáis lo posible y que siempre que os acordéis le deis algún votito. Yo se que es mucho pedir, pero si encima podéis compartir este mensaje con todos vuestros amigos, y esos amigos compartilo con sus amigos, etc, etc, etc... os lo agradecería bastante... bueno y mi madre ya ni contaros.

Bueno, os dejo el link... espero que os guste la canción... el video es lo que nos dió tiempo a hacer, así que no le echéis mucha cuenta! :)

Deben seleccionar la URL, en sus Internet Explore, Firefox....

http://www.rtve.es/television/eurovision/candidatos/la-tita/12754/

sábado, 16 de enero de 2010

CANARIAS EN YOU TUBE

** CANARIAS EN YOU TUBE

CUADERNOS DE ETNOGRAFIA
EMIGRACIÓN CANARIALAN
ZAROTE, LA ISLA ESTRELLADA
GENOMA TAÍNO Y GUANCHE
LISTA DE VIDEOS RECOMENDADOS
DEPORTE CANARIO
TELEVISION CANARIA
PERRO MUNDO
NUEVOS VIDEOS
GOMERA
PASO A PASO
LARGOMETRAJES CANARIOS
Fiesta del Charco de La Aldea
SILBO GOMERO
COSAS RARAS
DAVID CONTRA GOLIAT EN LANZAROTE
SARAMAGO: ENTREVISTA. EL PREMIO NOBEL
¿LANZAROTE ES EL OESTE AMERICANO? ENTREVISTA
LANZAROTE, LA ISLA ESTRELLADA
EL HIERRO. - CUADERNOS DE
EL HIERRO - CUADERNOS DE
LUCHA CANARIA. Así­ se fajan -CUADERNOS DE
PALO CANARIO AUTENTICO, EL JUEGO
TENERIFE. WINDSURFING. MEDANO.
SURF CANARIAS 2008 (1). CANARY ISLANDS.
SENDERISMO: CAMINOS DE CANARIAS - Nr. 7 -
SENDERISMO: CAMINOS DE CANARIAS - Nr. 3 - LAS
SENDERISMO: CAMINOS DE CANARIAS Nr. 2 -
SENDERISMO: CAMINOS DE CANARIAS Nr. 1 - MIRADOR DEL CARMEN -
Icono de canal
AmazonasFilms

CANARIAS PASO A PASO 3: LA PALMA: Los Llanos de...
ISLAS CANARIAS: CAYUCOS E INMIGRANTES: LA PUER.
ISLAS CANARIAS. LA PALMA. PLAYAS (sobre ti,
CANARIAS EMIGRACIÓN: canarios en Venezuela (Isl...
PALABRA DE EMIGRANTE CANARIO (1). VENEZUELA
LA GOMERA, SILBO E IDENTIDAD (PARTE 1)
LA GOMERA, SILBO E IDENTIDAD (PARTE 4) -
CANARIAS: LA TRILLA CON CABALLOS - CUADERNOS
LA GOMERA paso a paso Parte 3: VALLE GRAN REY
LA GOMERA, SILBO E IDENTIDAD PARTE 2 - (Islas
SILBO GOMERO: presentación - CUADERNOS
CANARIAS: MIEL DE PALMA DE LA GOMERA -
TENERIFE: GRANADILLA DE ABONA. ISLAS CANARIAS
GOMERA: EL SECRETO DE LAS CHACARAS
GOFIO DE MÉXICO: PINOLE - CUADERNOS DE
LA RAMA DE AGAETE
EL Cambullonero
POEMA DE AMOR PARA UN AMANECER
EMIGRACION CANARIA A CUBA. EL VALBANERA -
CANARIAS PASO A PASO 2: TENERIFE: GORDEJUELA
GRAN CANARIA - VIVO EN UN ARCHIPIELAGO
Gran Canaria, imagina una Isla.
PLAYAS DE GRAN CANARIA - ISLAS CANARIAS - MUCHOVIAJE.COM

POWER POINT Y VIDEOS CULTURALES Y MUSICALES

** LAS MUJERES EN EL ARTE



PERSONAJES DE INTERÉS Y DE "LA CULTURA", PARTICIPATICIPATIVA-HUMANISTA-CREATIVA-IMAGINATIVA

domingo, 10 de enero de 2010

ARIEL, DE JOSÉ ENRIQUE RODÓ

** ARIEL, DE JOSÉ ENRIQUE RODÓ

Aquella tarde, el viejo y venerado maestro, a quien solían llamar Próspero, por alusión al sabio mago de La Tempestad shakespeariana, se despedía de sus jóvenes discípulos, pasado un año de tareas, congregándolos una vez más a su alrededor.

Ya habían llegado a la amplia sala de estudio, en la que un gusto delicado y severo esmerábase por todas partes en honrar la noble presencia de los libros, fieles compañeros de Próspero. Dominaba en la sala —como numen de su ambiente sereno— un bronce primoroso, que figuraba al ARIEL de La Tempestad. Junto a este bronce, se sentaba habitualmente el maestro, y por ello le llamaban con el nombre del mago a quien sirve y favorece en el drama el fantástico personaje que había interpretado el escultor. Quizá en su enseñanza y su carácter había, para el nombre, una razón y un sentido más profundos.

Ariel, genio del aire, representa, en el simbolismo de la obra de Shakespeare, la parte noble y alada del espíritu. Ariel es el imperio de la razón y el sentimiento sobre los bajos estímulos de la irracionalidad; es el entusiasmo generoso, el móvil alto y desinteresado en la acción, la espiritualidad de la cultura, la vivacidad y la gracia de la inteligencia, —el término ideal a que asciende la selección humana, rectificando en el hombre superior los tenaces vestigios de Calibán, símbolo de sensualidad y de torpeza, con el cincel perseverante de la vida.

La estatua, de real arte, reproducía al genio aéreo en el instante en que, libertado por la magia de Próspero, va a lanzarse a los aires para desvanecerse en un lampo. Desplegadas las alas; suelta y flotante la leve vestidura, que la caricia de la luz en el bronce damasquinaba de oro; erguida la amplia frente; entreabiertos los labios por serena sonrisa, todo en la actitud de Ariel acusaba admirablemente el gracioso arranque del vuelo; y con inspiración dichosa, el arte que había dado firmeza escultural a su imagen había acertado a conservar en ella, al mismo tiempo, la apariencia seráfica y la levedad ideal.

Próspero acarició, meditando, la frente de la estatua; dispuso luego al grupo juvenil en torno suyo; y con su firme voz —voz magistral, que tenía para fijar la idea e insinuarse en las profundidades del espíritu, bien la esclarecedora penetración del rayo de luz, bien el golpe incisivo del cincel en el mármol, bien el toque impregnante del pincel en el lienzo o de la onda en la arena,—comenzó a decir, frente a una atención afectuosa:

Junto a la estatua que habéis visto presidir, cada tarde, nuestros coloquios de amigos, en los que he procurado despojar a la enseñanza de toda ingrata austeridad, voy a hablaros de nuevo, para que sea nuestra despedida como el sello estampado en un convenio de sentimientos y de ideas.

Invoco a ARIEL como mi numen. Quisiera para mi palabra la más suave y persuasiva unción que ella haya tenido jamás. Pienso que hablar a la juventud sobre nobles y elevados motivos, cualesquiera que sean, es un género de oratoria sagrada. Pienso también que el espíritu de la juventud es un terreno generoso donde la simiente de una palabra oportuna suele rendir, en corto tiempo, los frutos de una inmortal vegetación.

Anhelo colaborar en una página del programa que, al prepararos a respirar el aire libre de la acción, formularéis, sin duda, en la intimidad de vuestro espíritu, para ceñir a él vuestra personalidad moral y vuestro esfuerzo. Este programa propio, —que algunas veces se formula y escribe; que se reserva otras para ser revelado en el mismo transcurso de la acción, — no falta nunca en el espíritu de las agrupaciones y los pueblos que son algo más que muchedumbres. Si con relación a la escuela de la voluntad individual, pudo Goethe decir profundamente que sólo es digno de la libertad y la vida quien es capaz de conquistarlas día a día para sí, con tanta más razón podría decirse que el honor de cada generación humana exige que ella se conquiste, por la perseverante actividad de su pensamiento, por el esfuerzo propio, su fe en determinada manifestación del ideal y su puesto en la evolución de las ideas.

Al conquistar los vuestros, debéis empezar por reconocer un primer objeto de fe en vosotros mismos. La juventud que vivís es una fuerza de cuya aplicación sois los obreros y un tesoro de cuya inversión sois responsables. Amad ese tesoro y esa fuerza; haced que el altivo sentimiento de su posesión permanezca ardiente y eficaz en vosotros. Yo os digo con Renan: «La juventud es el descubrimiento de un horizonte inmenso, que es la Vida». El descubrimiento que revela las tierras ignoradas necesita completarse con el esfuerzo viril que las sojuzga. Y ningún otro espectáculo puede imaginarse más propio para cautivar a un tiempo el interés del pensador y el entusiasmo del artista, que el que presenta una generación humana que marcha al encuentro del futuro, vibrante con la impaciencia de la acción, alta la frente, en la sonrisa un altanero desdén del desengaño, colmada el alma por dulces y remotos mirajes que derraman en ella misteriosos estímulos, como las visiones de Cipango y El Dorado en las crónicas heroicas de los conquistadores.

Del renacer de las esperanzas humanas; de las promesas que fían eternamente al porvenir la realidad de lo mejor, adquiere su belleza el alma que se entreabre al soplo de la vida; dulce e inefable belleza, compuesta, como lo estaba la del amanecer para el poeta de Las Contemplaciones, de un «vestigio de sueño y un principio de pensamiento».

La humanidad, renovando de generación en generación su activa esperanza y su ansiosa fe en un ideal al través de la dura experiencia de los siglos, hacia pensar a Guyau en la obsesión de aquella pobre enajenada cuya extraña y conmovedora locura consistía en creer llegado, constantemente, el día de sus bodas. Juguete de su ensueño, ella ceñía cada mañana a su frente pálida corona de desposada y suspendía de su cabeza el velo nupcial. Con una dulce sonrisa, disponíase luego a recibir al prometido ilusorio, hasta que las sombras de la tarde, tras el vano esperar, traían la decepción a su alma. Entonces, tomaba un melancólico tinte su locura. Pero su ingenua confianza reaparecía con la aurora siguiente; y ya sin el recuerdo del desencanto pasado, murmurando: Es hoy cuando vendrá, volvía a ceñirse la corona y el velo y a sonreír en espera del prometido.

Es así como, no bien la eficacia de un ideal ha muerto, la humanidad viste otra vez sus galas nupciales para esperar la realidad del ideal soñado con nueva fe, con tenaz y conmovedora locura. Provocar esa renovación, inalterable como un ritmo de la Naturaleza, es en todos los tiempos la función y la obra de la juventud. De las almas de cada primavera humana está tejido aquel tocado de novia. Cuando se trata de sofocar esta sublime terquedad de la esperanza, que brota alada del seno de la decepción, todos los pesimismos son vanos. Lo mismo los que se fundan en la razón que los que parten de la experiencia, han de reconocerse inútiles para contrastar el altanero no importa que surge del fondo de la Vida. Hay veces en que, por una aparente alteración del ritmo triunfal, cruzan la historia humana generaciones destinadas a personificar, desde la cuna, la vacilación y el desaliento. Pero ellas pasan,—no sin haber tenido quizá su ideal como las otras, en forma negativa y con amor inconsciente; — y de nuevo se ilumina en el espíritu de la humanidad la esperanza en el Esposo anhelado, cuya imagen dulce y radiosa como en los versos de marfil de los místicos, basta para mantener la asimilación y el contento de la vida, aun cuando nunca haya de encarnarse en la realidad.

La juventud, que así significa en el alma de los individuos y de las generaciones, luz, amor, energía, existe y lo significa también en el proceso evolutivo de las sociedades. De los pueblos que sienten y consideran la vida como vosotros, serán siempre la fecundidad, la fuerza, el dominio del porvenir. — Hubo una vez en que los atributos de la juventud humana se hicieron, más que en ninguna otra, los atributos de un pueblo, los caracteres de una civilización, y en que un soplo de adolescencia encantadora pasó rozando la frente serena de una raza. Cuando Grecia nació, los dioses le regalaron el secreto de su juventud inextinguible. Grecia es el alma joven. «Aquel que en Delfos contemplaba la apiñada muchedumbre de los jonios —dice uno de los himnos homéricos— se imagina que ellos no han de envejecer jamás». Grecia hizo grandes cosas porque tuvo, de la juventud, la alegría, que es el ambiente de la acción, y el entusiasmo, que es la palanca omnipotente. El sacerdote egipcio con quien Solón habló en el templo de Sais, decía al legislador ateniense, compadeciendo a los griegos por su volubilidad bulliciosa: ¡No sois sino unos niños! Y Michelet ha comparado la actividad del alma helena con un festivo juego a cuyo alrededor se agrupan y sonríen todas las naciones del mundo. Pero de aquel divino juego de niños sobre las playas del Archipiélago y a la sombra de los olivos de Jonia, nacieron el arte, la filosofía, el pensamiento libre, la curiosidad de la investigación, la conciencia de la dignidad humana, todos esos estímulos de Dios que son aún nuestra inspiración y nuestro orgullo. Absorto en su austeridad hierática, el país del sacerdote representaba, en tanto, la senectud, que se concentra para ensayar el reposo de la eternidad y aleja, con desdeñosa mano, todo frívolo sueño. La gracia, la inquietud, están proscriptas de las actitudes de su alma, como del gesto de sus imágenes la vida. Y cuando la posteridad vuelve las miradas a él, sólo encuentra una estéril noción del orden presidiendo al desenvolvimiento de una civilización que vivió para tejerse un sudario y para edificar sus sepulcros; la sombra de un compás tendiéndose sobre la esterilidad de la arena.

Las prendas del espíritu joven —el entusiasmo y la esperanza— corresponden en las armonías de la historia y la naturaleza, al movimiento y a la luz. —Adondequiera que volváis los ojos, las encontraréis como el ambiente natural de todas las cosas fuertes y hermosas. Levantadlos al ejemplo más alto:— La idea cristiana, sobre la que aún se hace pesar la acusación de haber entristecido la tierra proscribiendo la alegría del paganismo, es una inspiración esencialmente juvenil mientras no se aleja de su cuna. El cristianismo naciente es, en la interpretación —que yo creo tanto más verdadera cuanto más poética— de Renan, un cuadro de juventud inmarcesible. De juventud del alma o, lo que es lo mismo, de un vivo sueño, de gracia, de candor, se compone el aroma divino que flota sobre las lentas jornadas del Maestro al través de los campos de Galilea; sobre sus prédicas, que se desenvuelven ajenas a toda penitente gravedad; junto a un logo celeste; en los valles abrumados de frutos; escuchadas por «las aves del cielo» y «los lirios de los campos», con que se adornan las parábolas; propagando la alegría del «reino de Dios» sobre una dulce sonrisa de la Naturaleza. — De este cuadro dichoso, están ausentes las sectas que acompañaban en la soledad las penitencias del Bautista. Cuando Jesús habla de los que a él le siguen, los compara a los paraninfos de un cortejo de bodas. — Y es la impresión de aquel divino la que incorporándose a la esencia de la nueva fe, se siente persistir al través de la odisea de los evangelistas; la que derrama en el espíritu de las primeras comunidades cristianas su felicidad candorosa, su ingenua alegría de vivir; y la que, al llegar a Roma con los ignorados cristianos del Transtevere, les abre fácil paso en los corazones; porque ellos triunfaron oponiendo el encanto de su juventud interior — la de su alma embalsamada por la libación del vino nuevo— a la severidad de los estoicos y a la decrepitud de los mundanos.

Sed, pues, conscientes poseedores de la fuerza bendita que lleváis dentro de vosotros mismos. No creáis, sin embargo, que ella esté exenta de malograrse y desvanecerse, como un impulso sin objeto, en la realidad. De la Naturaleza es la dádiva del precioso tesoro; pero es de las ideas, que él sea fecundo, o se prodigue vanamente, o fraccionado y disperso en las conciencias personales, no se manifieste en la vida de las sociedades humanas como una fuerza bienhechora—Un escritor sagaz rastreaba, ha poco, en las páginas de la novela de nuestro siglo,—esa inmensa superficie especular donde se refleja toda entera la imagen de la vida en los últimos vertiginosos cien años—la psicología, los estados de alma de la juventud, tales como ellos han sido en las generaciones que van desde los días de René hasta los que han visto pasar a Des Esseintes.— Su análisis comprobaba una progresiva disminución de juventud interior y de energía en la serie de personajes representativos que se inicia con los héroes, enfermos, pero a menudo viriles y siempre intensos de pasión, de los románticos, y termina con los enervados de voluntad y corazón en quienes se reflejan tan desconsoladoras manifestaciones del espíritu de nuestro tiempo como la del protagonista de A rebours o la del Robert Gresleu de Le Disciple. — Pero comprobaba el análisis también, un lisonjero renacimiento de animación y de esperanza en la psicología de la juventud de que suele hablarnos una literatura que es quizá nuncio de transformaciones más hondas; renacimiento que personifican los héroes nuevos de Lemaître, de Wyzewa, de Rod, y cuya más cumplida representación lo sería tal vez el David Grieve con que cierta novelista inglesa contemporánea ha resumido en un solo carácter todas las penas y todas las inquietudes ideales de varias generaciones, para solucionarlas en un supremo desenlace de serenidad y de amor.

¿Madurará en la realidad esa esperanza? —Vosotros, los que vais a pasar, como el obrero en marcha a los talleres que le esperan, bajo el pórtico del nuevo siglo, ¿reflejaréis quizá sobre el arte que os estudie, imágenes más luminosas y triunfales que las que han quedado de nosotros? Si los tiempos divinos en que las almas jóvenes daban modelos para los dialoguistas radiantes de Platón sólo fueron posibles en una breve primavera del mundo; si es fuerza «no pensar en los dioses», como aconseja la Forquias del segundo Fausto al coro de cautivas; ¿no nos será lícito, a lo menos, soñar con la aparición de generaciones humanas que devuelvan a la vida un sentimiento ideal, un grande entusiasmo; en las que sea un poder el sentimiento; en las que una vigorosa resurrección de las energías de la voluntad ahuyente, con heroico clamor, del fondo de las almas, todas las cobardías morales que se nutren a los pechos de la decepción y de la duda? ¿Será de nuevo la juventud una realidad de la vida colectiva, como lo es de la vida individual?

Tal es la pregunta que me inquieta mirándoos. — Vuestras primeras páginas, las confesiones que nos habéis hecho hasta ahora de vuestro mundo íntimo, hablan de indecisión y de estupor a menudo; nunca de enervación, ni de un definitivo quebranto de la voluntad. Yo sé bien que el entusiasmo es una surgente viva en vosotros. Yo sé bien que las notas de desaliento y de dolor que la absoluta sinceridad del pensamiento — virtud todavía más grande que la esperanza — ha podido hacer brotar de las torturas de vuestra meditación, en las tristes e inevitables citas de la Duda, no eran indicio de un estado de alma permanente ni significaron en ningún caso vuestra desconfianza respecto de la eterna virtualidad de la Vida. Cuando un grito de angustia ha ascendido del fondo de vuestro corazón, no lo habéis sofocado antes de pasar por vuestros labios, con la austera y muda altivez del estoico en el suplicio, pero lo habéis terminado con una invocación al ideal que vendrá, con una nota de esperanza mesiánica.

Por lo demás, al hablaros del entusiasmo y la esperanza, como de altas fecundas virtudes, no es mi propósito enseñaros a trazar la línea infranqueable que separe el escepticismo de la fe, la decepción de la alegría. Nada más lejos de mi ánimo que la idea de confundir con los atributos naturales de la juventud, con la graciosa espontaneidad de su alma, esa indolente frivolidad del pensamiento, que, incapaz de ver más que el motivo de un juego en la actividad, compra el amor y el contento de la vida al precio de su incomunicación con todo lo que pueda hacer detener el paso ante la faz misteriosa y grave de las cosas. — No es ése el noble significado de la juventud individual, ni ése tampoco el de la juventud de los pueblos. — Yo he conceptuado siempre vano el propósito de los que constituyéndose en avizores vigías del destino de América, en custodios de su tranquilidad, quisieran sofocar, con temeroso recelo, antes de que llegase a nosotros, cualquiera resonancia del humano dolor, cualquier eco venido de literaturas extrañas, que, por triste o insano, ponga en peligro la fragilidad de su optimismo. — Ninguna firme educación de la inteligencia puede fundarse en el aislamiento candoroso o en la ignorancia voluntaria. Todo problema propuesto al pensamiento humano por la Duda; toda sincera reconvención que sobre Dios o la Naturaleza se fulmine, del seno del desaliento y el dolor, tienen derecho a que les dejemos llegar a nuestra conciencia y a que los afrontemos. Nuestra fuerza de corazón ha de probarse aceptando el reto de la Esfinge, y no esquivando su interrogación formidable. — No olvidéis, además, que en ciertas amarguras del pensamiento hay, como en sus alegrías, la posibilidad de encontrar un punto de partida para la acción, hay a menudo sugestiones fecundas. Cuando el dolor enerva; cuando el dolor es la irresistible pendiente que conduce al marasmo o el consejero pérfido que mueve a la abdicación de la voluntad, la filosofía que le lleva en sus entrañas es cosa indigna de almas jóvenes. Puede entonces el poeta calificarle de «indolente soldado que milita bajo las banderas de la muerte». Pero cuando lo que nace del seno del dolor es el anhelo varonil de la lucha para conquistar o recobrar el bien que él nos niega, entonces es un acerado acicate de la evolución, es el más poderoso impulso de la vida; no de otro modo que como el hastío, para Helvecio, llega a ser la mayor y más preciosa de todas las prerrogativas humanas desde el momento en que, impidiendo enervarse nuestra sensibilidad en los adormecimientos del ocio, se convierte en el vigilante estímulo de la acción.

En tal sentido, se ha dicho bien que hay pesimismos que tienen la significación de un optimismo paradójico. Muy lejos de suponer la renuncia y la condenación de la existencia, ellos propagan, con su descontento de lo actual, la necesidad de renovarla. Lo que a la humanidad importa salvar contra toda negación pesimista, es, no tanto la idea de la relativa bondad de lo presente, sino la de la posibilidad de llegar a un término mejor por el desenvolvimiento de la vida, apresurado y orientado mediante el esfuerzo de los hombres. La fe en el porvenir, la confianza en la eficacia del esfuerzo humano, son el antecedente necesario de toda acción enérgica y de todo propósito fecundo. Tal es la razón por la que he querido comenzar encareciéndoos la inmortal excelencia de esa fe que, siendo en la juventud un instinto no debe necesitar seros impuesta por ninguna enseñanza, puesto que la encontraréis indefectiblemente dejando actuar en el fondo de vuestro ser la sugestión divina de la Naturaleza.

Animados por ese sentimiento, entrad, pues, a la vida, que os abre sus hondos horizontes, con la noble ambición de hacer sentir vuestra presencia en ella desde el momento en que la afrontéis con la altiva mirada del conquistador. — Toca al espíritu juvenil la iniciativa audaz, la genialidad innovadora. — Quizá universalmente, hoy, la acción y la influencia de la juventud son en la marcha de las sociedades humanas menos efectivas e intensas que debieran ser. Gaston Deschamps lo hacía notar en Francia hace poco, comentando la iniciación tardía de las jóvenes generaciones, en la vida pública y la cultura de aquel pueblo, y la escasa originalidad con que ellas contribuyen al trazado de las ideas dominantes. Mis impresiones del presente de América, en cuanto ellas pueden tener un carácter general a pesar del doloroso aislamiento en que viven los pueblos que la componen, justificarían acaso una observación parecida. — Y sin embargo, yo creo ver expresada en todas partes la necesidad de una activa revelación de fuerzas nuevas; yo creo que América necesita grandemente de su juventud. — He ahí por qué os hablo. He ahí por qué me interesa extraordinariamente la orientación moral de vuestro espíritu. La energía de vuestra palabra y vuestro ejemplo puede llegar hasta incorporar las fuerzas vivas del pasado a la obra del futuro. Pienso con Michelet que el verdadero concepto de la educación no abarca sólo la cultura del espíritu de los hijos por la experiencia de los padres, sino también, y con frecuencia mucho más, la del espíritu de los padres por la inspiración innovadora de los hijos.

Hablemos, pues, de cómo considerarán la vida que les espera.

Piensa, pues, el maestro, que una alta preocupación por los intereses ideales de la especie es opuesta del todo al espíritu de la democracia. Piensa que la concepción de la vida, en una sociedad donde ese espíritu domine, se ajustará progresivamente a la exclusiva persecución del bienestar material como beneficio propagable al mayor número de personas. Según él, siendo la democracia la entronización de Calibán, Ariel no puede menos que ser el vencido de ese triunfo. — Abundan afirmaciones semejantes a éstas de Renan en la palabra de muchos de los más caracterizados representantes que los intereses de la cultura estética y la selección del espíritu tienen en el pensamiento contemporáneo. Así, Bourget se inclina a creer que el triunfo universal de las instituciones democráticas hará perder a la civilización en profundidad lo que la hace ganar en extensión. Ve su forzoso término en el imperio de un individualismo mediocre. «Quien dice democracia — agrega el sagaz autor de André Cornelis — dice desenvolvimiento progresivo de las tendencias individuales y disminución de la cultura». — Hay en la cuestión que plantean estos juicios severos, un interés vivísimo, para los que amamos — al mismo tiempo — por convencimiento, la obra de la Revolución, que en nuestra América se enlaza además con las glorias de su Génesis; y por instinto, la posibilidad de una noble y selecta vida espiritual que en ningún caso haya de ver sacrificada su serenidad augusta a los caprichos de la multitud. — Para afrontar el problema, es necesario empezar por reconocer que cuando la democracia no enaltece su espíritu por la influencia de una fuerte preocupación ideal que comparta su imperio con la preocupación de los intereses materiales, ella conduce fatalmente a la privanza de la mediocridad, y carece, más que ningún otro régimen, de eficaces barrera con las cuales asegurar dentro de un ambiente adecuado la inviolabilidad de la alta cultura. Abandonada a sí misma, — sin la constante rectificación de una activa autoridad moral que la depure y encauce sus tendencias en el sentido de la dignificación de la vida, — la democracia extinguirá gradualmente toda idea de superioridad que no se traduzca en una mayor y más osada aptitud para las luchas del interés, que son entonces la forma más innoble de las brutalidades de la fuerza. — La selección espiritual, el enaltecimiento de la vida por la presencia de estímulos desinteresados, el gusto, el arte, la suavidad de las costumbres, el sentimiento de admiración por todo perseverante propósito ideal y de acatamiento a toda noble supremacía, serán como debilidades indefensas allí donde la igualdad social que ha destruido las jerarquías imperativas e infundadas, no las sustituya con otras, que tengan en la influencia moral su único modo de dominio y su principio en una clasificación racional.

Toda igualdad de condiciones es en el orden de las sociedades, como toda homogeneidad en el de la Naturaleza, un equilibrio inestable. Desde el momento en que haya realizado la democracia su obra de negación con allanamiento de las superioridades injustas, la igualdad conquistada no puede significar para ella sino un punto de partida. Resta la afirmación. Y lo afirmativo de la democracia y su gloria consistirán en suscitar, por eficaces estímulos, en su seno, la revelación y el dominio de las verdaderas superioridades humanas.

Con relación a las condiciones de la vida de América, adquiere esta necesidad de precisar el verdadero concepto de nuestro régimen social, un doble imperio. El presuroso crecimiento de nuestras democracias por la incesante agregación de una enorme multitud cosmopolita; por la afluencia inmigratoria, que se incorpora a un núcleo aún débil para verificar un activo trabajo de asimilación y encauzar el torrente humano con los medios que ofrecen la solidez secular de la estructura social, el orden político seguro y los elementos de una cultura que haya arraigado íntimamente, — nos expone en el porvenir a los peligros de la degeneración democrática, que ahoga bajo la fuerza ciega del número toda noción de calidad; que desvanece en la conciencia de las sociedades todo justo sentimiento del orden; y que, librando u ordenación jerárquica a la torpeza del acaso, conduce forzosamente a hacer triunfar las más injustificadas e innobles de las supremacías.

Es indudable que nuestro interés egoísta debería llevarnos, — a falta de virtud, — a ser hospitalarios. Ha tiempo que la suprema necesidad de colmar el vacío moral del desierto, hizo decir a un publicista ilustre que, en América, gobernar es poblar. — Pero esa fórmula famosa encierra una verdad contra cuya estrecha interpretación es necesario prevenirse, porque conduciría a atribuir una incondicional eficacia civilizadora al valor cuantitativo de la muchedumbre. — Gobernar es poblar, asimilando, en primer término; educando y seleccionando, después. — Si la aparición y el florecimiento, en la sociedad, de las más elevadas actividades humanas, de las que determinan la alta cultura, requieren como condición indispensable la existencia de una población cuantiosa y densa, es precisamente porque esa importancia cuantitativa de la población, dando lugar a la más compleja división del trabajo, posibilita la formación de fuertes elementos dirigentes que hagan efectivo el dominio de la calidad sobre el número. — La multitud, la masa anónima, no es nada por sí misma. La multitud será un instrumento de barbarie o de civilización, según carezca o no del coeficiente de una alta dirección moral. Hay una verdad profunda en el fondo de la paradoja de Emerson que exige que cada país del globo sea juzgado según la minoría y no según la mayoría de los habitantes. La civilización de un pueblo adquiere su carácter, no de las manifestaciones de su prosperidad o de su grandeza material, sino de las superiores maneras de pensar y de sentir que dentro de ella son posibles; y ya observaba Comte, para mostrar cómo en cuestiones de intelectualidad, de moralidad, de sentimiento, sería insensato pretender que la calidad pueda ser sustituida en ningún caso por el número, que ni de la acumulación de muchos espíritus vulgares se obtendrá jamás el equivalente cerebral de genio, ni de la acumulación de muchas virtudes mediocres, el equivalente de un rasgo de abnegación o de heroísmo. — Al instituir nuestra democracia la universalidad y la igualdad de derechos, sancionaría, pues, el predominio innoble del número, si no cuidase de mantener muy en alto la noción de las legitimas superioridades humanas, y de hacer, de la autoridad vinculada al voto popular, no la expresión del sofisma de la igualdad absoluta, sino, según las palabras que recuerdo de un joven publicista francés, «la consagración de la jerarquía, emanando de la libertad».

La oposición entre el régimen de la democracia y la alta vida del espíritu es una realidad fatal cuando aquel régimen significa el desconocimiento de las desigualdades legítimas y la sustitución de la fe en el heroísmo — en el sentido de Carlyle — por una concepción mecánica de gobierno. Todo lo que en la civilización es algo más que un elemento de superioridad material y de prosperidad económica, constituye un relieve que no tarda en ser allanado cuando la autoridad moral pertenece al espíritu de la medianía. — En ausencia de la barbarie irruptora que desata sus hordas sobre los faros luminosos de la civilización, con heroica, y a veces generadora grandeza, la alta cultura de las sociedades debe precaverse contra la obra mansa y disolvente de esas otras hordas pacíficas, acaso acicaladas, las hordas inevitables de la vulgaridad, — cuyo Atila podría personificarse en Mr. Homais; cuyo heroísmo es la astucia puesta al servicio de una repugnancia instintiva hacia lo grande; cuyo atributo es el rasero nivelador. — Siendo la indiferencia inconmovible y la superioridad cuantitativa, las manifestaciones normales de su fuerza no son por eso incapaces de llegar a la ira épica y de ceder a los impulsos de la acometividad. Charles Morice las llama entonces «falanges de Prudhommes feroces que tienen por lema la palabra Mediocridad y marchan animadas por el odio de lo extraordinario».

Encumbrados, esos Prudhommes harán de su voluntad triunfante una partida de caza organizada contra todo lo que manifieste la aptitud y el atrevimiento del vuelo. Su fórmula social será una democracia que conduzca a la consagración del pontífice «Cualquiera», a la coronación del monarca «Uno de tantos». Odiarán en el mérito una rebeldía. En sus dominios toda noble superioridad se hallará en las condiciones de la estatua de mármol colocada a la orilla de un camino fangoso, desde el cual le envía un latigazo de cieno el carro que pasa. Ellos llamarán al dogmatismo del sentido vulgar, sabiduría; gravedad a la mezquina aridez de corazón; criterio sano, a la adaptación perfecta a lo mediocre; y despreocupación viril, al mal gusto. — Su concepción de la justicia lo llevaría a sustituir, en la historia, la inmortalidad del grande hombre, bien con la identidad de todos en el olvido común, bien con la memoria igualitaria de Mitrídates, de quien se cuenta que conservaba en el recuerdo los nombres de todos sus soldados. Su manera de republicanismo se satisfaría dando autoridad decisiva al procedimiento probatorio de Fox, que acostumbraba experimentar sus proyectos en el criterio del diputado que le parecía más perfecta personificación del country-gentleman, por la limitación de sus facultades y la rudeza de sus gustos. Con ellos se estará en las fronteras de la zoocracia de que habló una vez Baudelaire. La Titania de Shakespeare, poniendo un beso en la cabeza asinina, podría ser el emblema de la Libertad que otorga su amor a los mediocres. ¡Jamás, por medio de una conquista más fecunda, podrá llegarse a un resultado más fatal!

Embriagad al repetidor de las irreverencias de la medianía, que veis pasar por vuestro lado: tentadle a hacer de héroe; convertid su apacibilidad burocrática en vocación de redentor, — y tendréis entonces la hostilidad rencorosa e implacable contra todo lo hermoso, contra todo lo digno, contra todo lo delicado, del espíritu humano, que repugna, todavía más que el bárbaro derramamiento de la sangre, en la tiranía jacobina; que, ante su tribunal, convierte en culpas la sabiduría de Lavoisier, el genio de Chenier, la dignidad de Malesherbes; que, entre los gritos habituales en la Convención, hace oír las palabras: — ¡Desconfiad de ese hombre, que ha hecho un libro!; y que refiriendo el ideal de la sencillez democrática al primitivo estado de naturaleza de Rousseau, podría elegir el símbolo de la discordia que establece entre la democracia y la cultura, en la viñeta con que aquel sofista genial hizo acompañar la primera edición de su famosa diatriba contra las artes y las ciencias en nombre de la moralidad de las costumbres: ¡un sátiro imprudente que pretendiendo abrazar, ávido de luz, la antorcha que lleva en su mano Prometeo, oye al titán-filántropo que su fuego es mortal a quien lo toca!

La ferocidad igualitaria no ha manifestado sus violencias en el desenvolvimiento democrático de nuestro siglo, ni se ha opuesto en formas brutales a la serenidad y la independencia de la cultura intelectual. Pero, a la manera de una bestia feroz en cuya posteridad domesticada hubiérase cambiado la acometividad en mansedumbre artera e innoble, el igualitarismo, en la forma mansa de la tendencia a lo utilitario y lo vulgar, puede ser un objeto real de acusación contra la democracia del siglo XIX. No se ha detenido ante ella ningún espíritu delicado y sagaz a quien no hayan hecho pensar angustiósamente algunos de sus resultados, en el aspecto social y en el político. Expulsando con indignada energía, del espíritu humano, aquella falsa concepción de la igualdad que sugirió los delirios de la Revolución, el alto pensamiento contemporáneo ha mantenido, al mismo tiempo, sobre la realidad y sobre la teoría de la democracia, una inspección severa, que os permite a vosotros, los que colaboraréis en la obra del futuro, fijar vuestro punto de partida, no ciertamente para destruir, sino para educar, el espíritu del régimen que encontráis en pie.

http://www.analitica.com/bitblioteca/rodo/ariel.asp