Su extraordinaria bondad y simpatía le permitió ganarse la amistad y el respeto de gente muy diversa, lo que con justicia le mereció el calificativo de,
"Il Papa buono", "El Papa bueno".
S.S. Beato Juan XXIII (1958-1963
Angelo Giuseppe Roncalli nació el 25 de noviembre de 1881, en Sotto il Monte, pueblito que dista 12 kilómetros de Bérgamo, al norte de Italia. Ésta es una tierra que vio florecer numerosos y modélicos cristianos gracias a la labor evangelizadora realizada por San Alejandro, mártir, XVII siglos atrás: su sangre derramada por la fe sería allí semilla de innumerables cristianos.
Angelo era "hijo del viñador Roncalli" . En efecto, él era descendiente de una familia campesina, profundamente católica, humilde y a la vez muy numerosa: eran trece hermanos, de los cuales él era el tercero. Fue este el ambiente en el que se iría forjando una personalidad con la que cautivaría a sus feligreses y al mundo entero: en la familia llegó a ser como un padre para todos sus hermanos, sencillo y manso, a la vez vital y exigente, siempre generoso.
En su infancia, conjugando sus primeros estudios con los trabajos agrícolas, Angelo asistió a la escuela de su pueblo. Por aquél tiempo integró el grupo de monaguillos. Ya desde que tuvo conciencia experimentó el llamado del Señor al sacerdocio pues nunca, como confesó él mismo poco antes de su tránsito, hubo momento alguno en que hubiese deseado otra cosa. Sin duda este deseo se reflejó ya desde niño en sus actitudes y opciones: sus amigos de infancia no tardaron en llamarle "Angelito, el cura".
A los once años, lejos aún de alcanzar los catorce requeridos por entonces como mínimo, fue tempranamente admitido en el seminario de Bérgamo. Por su precoz madurez y su evidente vocación, recibió ya a esa edad, la tonsura, que implicaba al mismo tiempo el uso diario de la sotana.
Esta inclinación tan temprana de ningún modo significó que para él la lucha hubiese sido fácil y sencilla. Consta en su Diario del Alma, publicación posterior a su muerte que reúne sus escritos personales desde los 14 años de edad, que su vida íntegra estaba hecha de batallas cotidianas en las que habían victorias así como también derrotas. La lucha no era fácil, pero a él lo sostenía un firme propósito que jamás abandonó: "estoy obligado, como mi tarea principal y única, hacerme santo cueste lo que cueste" , escribió poco antes de ser ordenado sacerdote. Este era el horizonte al que, en medio de las tensiones de la lucha cotidiana, tendía siempre más que como una "inclinación de nacimiento", un propósito decidido e inconmovible de su voluntad, en obediencia a un singular sentido del deber de responder a los que había descubierto era su vocación particular.
A Giuseppe, alumno inteligente y aprovechado, le fue concedida en 1901 una beca para ampliar sus estudios teológicos en el Ateneo Pontificio de San Apolinar, en Roma. El año siguiente tuvo que interrumpir sus estudios para realizar el servicio militar, obligatorio por entonces aún para clérigos, siendo incorporado al regimiento de infantería militar de Bérgamo. A finales de 1902 era conocido como el sargento Roncalli. En 1903 vuelve a sus estudios en Roma, culminándolos con un doctorado en teología.
El 10 de agosto de 1904 es ordenado sacerdote, y su primera Misa la ofició al día siguiente en la Basílica de San Pedro.
A principios de 1905 el Padre Roncalli vuelve a Bérgamo para trabajar al lado de su Obispo, Mons. Giacomo Tedeschi (1857-1914), quien lo nombró su secretario personal. El Padre Roncalli aprendió mucho de la vida ejemplar de su Obispo, con quien trabajó hasta el día en que éste fue llamado a la casa del Padre, el año 1914. De él escribió una intensa biografía, cuya primera edición apareció en Bérgamo el año 1916. En su época de secretario (1905-1914) enseñaba también en el seminario de Bérgamo, dictando clases de Historia de la Iglesia y de Apologética.
El creador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, Baruj Tenembaum, ha hecho un llamamiento para que Juan XXIII sea declarado “Justo entre las Naciones”.
“Si el Papa Juan XXIII no es declarado ‘Justo entre las Naciones’ serán nuestros hijos quienes lo consagren, ya que la figura de este gran personaje de la historia se agiganta día a día”, afirma Tenembaum, prestigioso representante judío y pionero a nivel mundial del diálogo interreligioso desde los años sesenta del siglo pasado.
“Una nueva era en las relaciones de la Iglesia Católica con el judaísmo se inauguró con el pontificado de Juan XXIII –constata Tenembaum–. Se trató de una época marcada por la comprensión y el entendimiento después de siglos de denigración, prejuicio y persecución religiosa”. (SIC)
“Las puertas del diálogo interreligioso que comenzaran a abrirse entonces y continuaron abiertas durante el pontificado del Papa Juan Pablo II, quien solía dirigirse a los judíos como ‘los hermanos mayores’; quien visitara los campos de exterminio del nazismo en señal de contrición y solidaridad con las víctimas judías y que ascendiera en peregrinaje a la Tierra Santa, en el Estado de Israel”.
La Educación, no es sólo información, sino, también formación, enseñanza a la reflexión-meditación, a las actitudes, que con lleven a todos los sectores educativos de una comunidad educativa y a todas las organizaciones, sociales, sindicales, políticas y gestores educativos, a que en el seno de nuestra Sociedad, se vislumbre un cambio, donde la Juventud sea el objetivo y fin fundamental, donde volquemos todos nuestros esfuerzos y estrategias educativas. No podemos olvidar la Educación en Valores, donde por una parte, el esfuerzo, la responsabilidad, la buenas maneras, el respeto mutuo y la colaboración-participación, sean entre otros, elementos fundamentales del Desarrollo Humano Integral; así como, la comprensión por parte del profesorado, padres-madres, sindicatos, políticos y gestores educativos, a que su actitud, no puede ser meramente informativa, decaer su responsabilidad, llamando principalmente a las reivindicaciones, a las declaraciones elocuentes, a dejar de marcar pautas no asumiendo las responsabilidades, a enfrentamientos dialécticos de filosofías educativas..., que no consiguen el objetivo fundamental de la Educación, formar a ciudadanos y ciudadanas responsables y críticos, con una actitud participativa en la transformación de nuestras actitudes, en el ámbito y construcción de una "Nueva Sociedad Humana". De igual manera, la Cultura, en todas sus facetas, bien, sea en el ámbito institucional, como en el alternativo, deben conllevar, la responsabilidad de ser elementos fundamentales, donde la Sociedad en su conjunto, de la que sea participe y le sirva como aportación a su "Desarrollo Humano Integral".
La Orotava, Canarias/Santa Cruz de Tenerife, Spain
Soy un maestro jubilado, honesto, solidario, educado, defiendo con fuerza y alegría, aquello en lo que creo, compartiéndolo con los demás, desde una filosofía dialéctica de la vida. El CAMINO DE LA VIDA, lo construimos entre todos; educando y desarrollando nuestro "Gran Ojo Interno", para buscar en nuestro interior, nuestra propia IDENTIDAD; buscando a la vez, en conjunción con los demás, la VERDAD y la LUZ, que nos ilumine, para SER "AUTÉNTICAS PERSONAS", con una NUEVA CULTURA y una NUEVA CIVILIZACIÓN, que nos lleve a recrear y desarrollar, esa GRAN NACIÓN HUMANA UNIVERSAL.
Soy y fui, exsalesiano SDB y "Bachiller en Teología", exsindicalista organizado, expolítico organizado, exmovimiento vecinal organizado. Participo en la Coral del Liceo Taoro, camino y nado, casi todos los días. Trabajo en la creación de dos blogger: Educación y Cultura Participativa y Formación para una Ciudadanía Participativa. Las personas deben, informarse, formarse, reflexionar y recrear actitudes, que nos lleven a tomar decisiones, desde una educac.crítica-humanista-positiva-proactiva;buscando estrategias-objetivos-fines educativos comunes, en el ámbito de la Comunidad Educativa y de la Sociedad.
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